«En Verdad os Digo»

Goyo Jiménez llega de nuevo para presentar su nuevo espectáculo, inédito en televisión, y titulado En verdad os digo. El considerado por público y crítica como mejor monologuista cómico del país, deleitará al público con su sorprendente, mordaz y desternillante visión de la realidad y de cómo nos engañan constantemente, sin nocturnidad ni alevosía.

En palabras del autor:

¿Estás harto de que te mientan constantemente? ¿Cansado de que te sueltan patrañas cada dos por tres? ¿Hastiado de que te engañen como a un chino, cuando además todos sabemos que esa expresión es incierta, pues a los chinos no se les engaña con facilidad, a no ser que seas otro chino, el chino que manda en China, quiero decir, ése que los tiene a todos engañados? Si la respuesta es afirmativa, éste es tu espectáculo, porque gracias a En verdad os digo aprenderás no sólo a darte cuenta de cuándo te la están dando con queso, sino a escaquearte de las consecuencias de la mentira. ¡Incluso aprenderás a vengarte del cabroncete que te la quería colar, soltándole tú una bola aún más gorda!

¡No lo dudes! Ven a ver En verdad os digo y notarás como tu vida mejora sustancialmente, y como, además, te vuelves más guapo, más saludable y sales DEFINITIVAMENTE de la crisis. Y, si no es así, ¡juro que te devolveré el dinero!*

*(LÉASE RÁPIDO Y CON VOZ DE ANUNCIO DE MEDICAMENTOS) Esta publicidad es subjetiva y no debe ser interpretada al pie de la letra. Puede que no salgas más guapo, ni más saludable, ni salgas definitivamente de la crisis. Lo único definitivo es que no de devuelve el dinero. Gracias.

CRÍTICAS
Texto: Susana Lago.
“El pasado domingo pude disfrutar en el centro cultural Niemeyer de un rato increíble, a cargo del reverendo Goyo Jiménez. Su espectáculo ‘En verdad os digo’ es toda una experiencia (casi religiosa). Al menos, para mí lo fue. Pagando solo 20 euros, obtuve risa por valor de 25 o más; una importante dosis de reflexión y la sensación de que en ese escenario había un demiurgo que aglutinaba en su discurso los pensares y sentires cotidianos de todos los allí presentes y les incitaba a cambiarlos o al menos, a ser conscientes de ellos.

Quizá por tratarse de un espectáculo de humor, un monólogo (un tío, un taburete y un micro), pueda pensarse que no hay nada detrás, que basta con tener gracia para reunir un montón de tópicos cañís y soltarlos a bailar como monos en el escenario. Pero lo cierto es que salí del Niemeyer con ganas de escribir un post para contar las verdades del barquero y poner el show como ejemplo de buena estrategia de marca y comunicación social.

He asistido a otros espectáculos humorísticos, donde, a pesar de la profesionalidad del artista de turno, se notaba que iba un poco a cumplir; ceñirse al guión, soltar su texto y cobrar. Y eso no es malo o al menos no reprochable, pero te deja una sensación mercenaria, cierta decepción por no encontrar en el actor la complicidad que despertó en ti al verle por la tele o en cualquier otro contexto.

Una de las claves para que algo funcione –llámalo producto, mensaje, servicio, monólogo…- es conectar con el grupo de personas que han manifestado interés en lo que traes. Si tú o tu mensaje sois lo bastante buenos como para que alguien quiera pagar por escucharlo, tienes hecha la mitad del camino. Les has convencido de abrir el sobre, pero eso no basta, ahora tienes que lograr que lean la carta hasta el final y conseguir que tu mensaje les mueva a la acción. En este caso, la acción puede ser el boca a boca, lograr que la gente recomiende a otros tu espectáculo; despertar conciencias, evidenciando con la ironía lo mucho que nos gusta culpar a otros, con tal de no asumir las consecuencias de nuestra dejadez o sencillamente que salgan de allí convencidos de que la próxima vez que tengan ocasión, volverán a pagar por verte actuar.

¿Y eso cómo se consigue? Pues con una fórmula siempre igual y siempre distinta, según quién la prepare.

En el caso de Goyo Jiménez no escatimó ingredientes:

PERSONALIZACIÓN DEL MENSAJE: Guiños acertados y muy bien traídos sobre la ciudad y la región en la que estaba representando su show (en este caso Avilés-Asturias).

CONOCIMIENTO DEL TARGET Y ESCUCHA ACTIVA: Interacción con el público, generando complicidad, sonrisa, risa y carcajada.

ADAPTABILIDAD Y COHERENCIA: Gags con varias lecturas, de manera que la risa fácil desembocaba en reflexión e incluso cierto ejercicio de autoconocimiento como individuo y como sociedad.”